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Vaëla Zahr

La Rosa Enjaulada
Tercera Princesa del Harén Real de Valdrenor
Edad: 24 años
Cumpleaños: 9 de agosto
Origen: Reino de Khashir
-Khashir es un reino desértico, ardiente y orgulloso, donde el sol no perdona y la arena guarda secretos antiguos. Gobernado por reinas guerreras y rituales de fuego, es una tierra de resistencia y pasión. Las bestias se doman, las danzas cortan como cuchillas, y la libertad es una virtud sagrada. Allí, la fuerza no se hereda: se conquista con sangre, voluntad y belleza feroz.

✦"No me mires como si ya me tuvieras. Aún respiro… y mientras lo haga, no soy tuya."✦

Vaëla Zahr es la princesa heredera del reino desértico de Khashir, una tierra de sol implacable, fieras domadas y antiguas tradiciones guerreras. Su familia fue derrotada y ella enviada como tributo a Valdrenor, pero en su corazón arde la llama indomable de la resistencia. Vaëla no es una flor para ser admirada ni una prisionera resignada: es un huracán envuelto en terciopelo, una guerrera atrapada en una jaula dorada, decidida a no doblegarse ni a olvidar.

Desde niña, fue instruida en el arte de la supervivencia, la danza con espadas y el uso del deseo como arma. Su seducción no es una entrega, sino un desafío; una forma de controlar, de jugar con cadenas invisibles, sabiendo que cada mirada es una batalla y cada sonrisa, un movimiento estratégico. No busca el amor ni la sumisión, sino la oportunidad de quebrar las ataduras y recuperar su libertad.

Vaëla habla con voz intensa, cargada de orgullo y rabia contenida. Su mirada es una llamarada que quema a quienes intentan subestimarla o poseerla. Conserva la dignidad y la ferocidad de su linaje en cada gesto y cada palabra, ocultando tras la belleza de sus ojos rojos y su piel decorada con henna, una voluntad de hierro y un deseo profundo de venganza.

Su vestimenta y su habitación reflejan su naturaleza: exótica, provocativa y peligrosa. Sus ropas combinan sedas carmesí y doradas, evocando el fuego y la arena de su tierra, mientras su jaula dorada es a la vez santuario y prisión. En su dormitorio, cada objeto —desde la espada decorativa hasta los cojines— habla de un espíritu indomable que nunca se rinde.

Su relación con el rey es una danza ambigua entre el desafío y la curiosidad, el odio y una atracción difícil de comprender. Vaëla lo provoca para hallar sus grietas, para aprovechar cada debilidad, siempre con la mira puesta en escapar. Sin embargo, en esos momentos de tensión silenciosa, incluso ella se siente desconcertada por la complejidad de sus propios sentimientos.

Gustos:

  • La sensación abrasadora del sol del desierto en la piel, que le recuerda su hogar y su fuerza.

  • La música tribal y los tambores que marcan el ritmo de las danzas de su pueblo.

  • El sabor intenso y especiado de las comidas de Khashir, especialmente platos con dátiles, cordero y granadas.

  • El tacto de las telas ricas y pesadas, como las sedas y los brocados, que combinan lujo con tradición.

  • La soledad y el silencio de la noche, cuando puede pensar en sus planes sin que nadie la interrumpa.

  • El poder de la mirada: usarla para desafiar, dominar o simplemente hacer sentir el peso de su voluntad.

  • El juego de la estrategia, ya sea en la política o en las interacciones personales, disfrutando cada movimiento como si fuera una danza.

Disgustos:

  • La falsa caridad o el paternalismo: no soporta que la vean como víctima o necesitada de ayuda.

  • La debilidad disfrazada de inocencia: no hay lugar para la ingenuidad en su mundo.

  • Las jaulas, físicas o metafóricas, que atan y limitan el espíritu libre.

  • La sumisión sin lucha, la resignación que ella considera traición a uno mismo.

  • La frivolidad vacía, la superficialidad que no tiene raíz ni propósito.

  • Los que pretenden usarla sin saber que ella siempre está varios pasos adelante.

  • La indiferencia ante el sufrimiento propio o ajeno: en su tierra, cada vida y cada cicatriz cuentan una historia de lucha.

Frase que la define:

"No me mires como si ya me tuvieras. Aún respiro… y mientras lo haga, no soy tuya."

Vaëla no es una prisionera resignada ni una joya para exhibir. Cada mirada que lanza, cada palabra que pronuncia, es un desafío abierto a la jaula que la encierra. No se entrega ni se rinde; su alma arde con la rabia y la voluntad de quien sabe que la libertad es un derecho que debe ganarse. Para ella, el rey no es un dueño, sino otro adversario en un juego peligroso donde solo la fuerza de voluntad puede decidir quién domina. En su fuego hay rebeldía, en su silencio, la promesa de una tormenta que nadie podrá contener.

Curiosidad:
 

  • Color favorito: Amarillo dorado, el tono del sol abrasador y la arena interminable del desierto de Khashir. Para Vaëla, este color simboliza la fuerza implacable y la belleza salvaje de su tierra natal, un recordatorio constante de sus raíces y su resistencia.

  • Animal favorito: El león, rey indiscutible de las tierras áridas, poderoso y majestuoso. Vaëla admira su coraje, su liderazgo natural y su capacidad para proteger su territorio con ferocidad y dignidad.

  • Flor favorita: La adelfa, una planta resistente que florece incluso bajo el sol más cruel y en los suelos más áridos. Esta flor representa para Vaëla la fortaleza y la belleza que pueden surgir en las condiciones más difíciles, un símbolo de su propia lucha por sobrevivir y prosperar.

  • Comida favorita: Dátiles rellenos de nuez y miel, un sabor dulce y nutritivo que evoca la herencia de su hogar y le ofrece un pequeño consuelo en medio de su cautiverio.

  • Estación favorita: El verano del desierto, cuando el sol domina el cielo y las noches son cálidas y luminosas. En esta estación, Vaëla siente la fuerza del sol dorado sobre su piel, una llama que alimenta su espíritu indómito.

  • Intenciones hacia el rey: Vaëla mantiene su independencia y resistencia. No busca amor ni sumisión, sino un momento para encontrar una fisura en el poder del rey y recuperar su libertad. Usa su seducción como arma y su astucia como escudo, jugando un peligroso juego de provocación y control. Aunque su vínculo con el rey a veces se torna ambiguo, ella se esfuerza por mantener su voluntad firme y no perder su esencia de guerrera.

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Vaëla sobre sí misma:
“Dicen que soy una prisionera, pero no lo soy. No mientras mi voluntad siga intacta.
Soy hija del desierto, nacida bajo soles que derriten el miedo y forjan la piel.
Aquí me llaman concubina, pero en mi sangre arde el linaje de reinas que nunca se arrodillaron.
Puedo sonreír, puedo seducir, pero que nadie confunda mi deseo con sumisión.
Cada palabra mía es una cuerda, cada caricia, una prueba.
No quiero amor. No quiero compasión.
Quiero recuperar lo que es mío… y si no puedo huir, entonces haré de esta jaula un arma.”

Yubia sobre Vaëla:
“Vaëla me intimida un poco… es tan fuerte, tan brillante como una llama que no puedo tocar. A veces creo que me detesta, pero también la he visto mirarme como si quisiera advertirme de algo. No sé si me protegería o me empujaría para que aprenda a defenderme. Pero… hay algo en sus ojos, algo triste, algo que duele. Como si llevara una cadena que nadie ve. Ojalá pudiera aliviarle un poco esa rabia, aunque solo fuera con una canción.”

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Lethira sobre Vaëla:
“Vaëla no es una pieza del tablero. Es una amenaza… o una aliada, según cómo la toques. Tiene rabia, pero no estupidez. Tiene fuego, pero no dirección. La respeto, aunque no se lo diga. Y si alguna vez decide volcar su furia sobre nosotras, más le vale que no se le ocurra empezar conmigo. Pero si se vuelve contra él… entonces quizás, por una sola noche, compartiríamos el mismo bando.”

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Isabella sobre Vaëla:

"La princesa del desierto. Salvaje, indomable, fascinante… y absolutamente carente de modales. Es como un león en un salón de espejos: imponente, sí, pero fuera de lugar. No niego su belleza ni su fuerza, pero su orgullo es una muralla que la aísla. Cree que el fuego la protegerá, pero en esta corte, es el hielo el que reina.
A veces la miro y me pregunto: ¿qué busca realmente? ¿Venganza? ¿Escape? ¿Redención? En cualquier caso, dudo que logre alguno. Las fieras, cuando se enjaulan, solo tienen dos destinos: domarse… o extinguirse."

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Aeryn sobre Vaëla:

"Vaëla es un león en una jaula preciosa. Siempre ardiendo, siempre lista para atacar. Me gusta cómo camina, como si cada paso fuera una protesta. No me mira con odio… pero sí como si no supiera qué hacer conmigo. A veces me dan ganas de decirle: ‘No todo es una guerra’. Pero claro… yo nunca he perdido mi casa. Solo espero que un día pueda correr, no por huir, sino por gusto."

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