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Lethira Valmorin

La Rosa Puntiaguda
Segunda Princesa del Harén Real de Valdrenor
Edad: 26 años
Cumpleaños: 3 de noviembre
Origen: Reino de Narazeth
-Narazeth es un reino del norte, frío, militarizado y gobernado por la disciplina. Su sociedad valora la fuerza, la estrategia y el autocontrol por encima de todo. Las mujeres nobles, como Lethira, son entrenadas desde niñas en diplomacia, manipulación y seducción. En Narazeth, el poder no se decora: se ejerce con precisión. Es un reino donde amar es un lujo y perder el control, una vergüenza.

✦"¿De verdad crees que yo me desnudo para complacerte… o es para distraerte mientras te arrebato el alma?"✦

✦Lethira Valmorin es la hija mayor de la poderosa Casa Vaelith, una de las familias nobles más influyentes del Alto Norte de Narazeth, un reino gélido y militarizado donde el poder se impone a través de la fuerza, la inteligencia y el dominio emocional. Desde su infancia, fue instruida en el arte de la estrategia, el lenguaje corporal y la seducción calculada. En Narazeth, las mujeres nobles no son flores delicadas: son armas políticas, y Lethira es una de las más finas jamás forjadas.

Enviada a Valdrenor como parte de un pacto diplomático, no tardó en dejar claro que no representaba los intereses de su familia… sino los suyos. No vino solo a ser concubina: vino a conquistar, con mirada afilada y sonrisa medida. Juega a un nivel distinto al de las demás, manteniéndose siempre tres pasos adelante.

Su personalidad es elegante, femenina y letal. Habla con voz dulce y controlada, pero es capaz de incrustar veneno en cada palabra sin perder la sonrisa. No tolera la ingenuidad ni la arrogancia: reprende con dureza a las suaves, y destruye sin remordimiento a las vanidosas. A su modo, protege a quienes considera demasiado frágiles para sobrevivir, pero jamás se rebajará a la compasión.

Sabe que no necesita ser amada para tener poder… solo deseada. Por eso, su relación con el rey es un juego de dominio mutuo. Ella se acerca, tienta, desaparece, vuelve. No se entrega, se deja mirar. No ruega, pero deja huella. Si alguna vez llega a amar, será por elección, no por rendición.

Su belleza es sofisticada y peligrosa. Posee cabello negro como la noche, largo y liso, que lleva suelto o recogido con provocación elegante. Sus ojos verdes, afilados y penetrantes, tienen el brillo de quien siempre evalúa, incluso cuando sonríe. Su andar es pausado, controlado, lleno de intención.

Viste con telas finas, provocativas sin vulgaridad, en tonos rojos, negros, marfil y dorado. Domina el arte de la insinuación: un movimiento de hombro, un roce de copa, un suspiro colocado. Nunca pierde la compostura, ni siquiera cuando ataca.

Su habitación refleja su mente: paredes forradas en seda rosa antiguo, lámparas cálidas, perfumes selectos, y un lecho ancho con dosel translúcido. Frente a su cama hay un diván donde suele recostarse a leer o recibir visitas con sonrisa afilada. Un espejo grande, una mesa de ajedrez a medio juego, y perfumes organizados como si fueran armas. Todo huele a rosas, poder y advertencia.

Su baño privado es refinado, decorado en mármol rosado y oro opaco. Allí flota entre pétalos y vapor, como si cada inmersión fuera una ceremonia íntima de poder.

Tiene un pequeño séquito de cinco sirvientas entrenadas en belleza, espionaje, y etiqueta. No son criadas: son extensiones de su voluntad, sombras que la siguen y actúan según sus códigos.

Gustos:

-El poder que se siente al controlar situaciones y personas sin que lo noten.

-Las ropas finas y provocativas que insinúan sin mostrar demasiado.

-El silencio tenso antes de una jugada estratégica.

-Los perfumes exquisitos y únicos que la hacen inolvidable.

-El vino fuerte, especialmente los tintos con matices complejos.

-Los juegos de mente, las conversaciones cargadas de doble sentido y las alianzas secretas.

-La sensación de ser deseada, pero manteniendo siempre el control.

Disgustos:

-La ingenuidad y la debilidad, que despiertan en ella un instinto sobreprotector que la asusta y no sabe cómo manejar.

-La arrogancia vacía de quienes se creen superiores sin tener sustancia.

-Que la subestimen o no reconozcan su verdadera inteligencia y poder.

-Los excesos vulgares y la falta de elegancia en las demás concubinas.

-La indecisión y la falta de convicción, tanto en sí misma como en otros.

-Las demostraciones de afecto falsas o manipuladoras que no tienen fondo.

Frase que la define:
"¿De verdad crees que yo me desnudo para complacerte… o es para distraerte mientras te arrebato el alma?"

Lethira no se entrega por amor ni por debilidad. Cada gesto suyo, cada suspiro, es un acto calculado para dominar y manipular, para envolver al rey en su red sin que él lo note. No busca ser su favorita ni su esclava, sino su dueña invisible, la mente detrás del trono, la sombra seductora que juega con su poder y deseo. En su belleza hay peligro, y en su silencio, la promesa de una conquista total.

Curiosidad:
 

  • Color favorito: Rojo oscuro. No es el rojo vivo de la pasión adolescente, sino el profundo y maduro de la sangre seca, del vino fuerte, del deseo contenido. Es un color que evoca poder, peligro y elegancia… como ella misma.

  • Animal favorito: Pantera negra. Silenciosa, elegante, mortal. No necesita rugir para imponerse. Se mueve con belleza letal y nunca ataca sin propósito.

  • Flor favorita: Orquídea carmesí. Exótica, compleja, hermosa… pero simbólicamente asociada al misterio, la sensualidad y el control. Una flor que no se regala, se conquista.

  • Comida favorita: Frutas oscuras bañadas en chocolate especiado, como moras o cerezas negras. Le gustan los sabores intensos y complejos, que dejan rastro en la boca… y en la memoria.

  • Estación favorita: Otoño. No por nostalgia, sino porque es la estación de las transiciones elegantes: la caída sutil, el dorado moribundo, la preparación silenciosa para lo inevitable. Es cuando los débiles se enfrían y los fuertes se reafirman.

  • Intenciones hacia el rey: Lethira no lo ama… aún. Lo desea, lo estudia, lo provoca. Para ella, el rey no es un hombre: es una cima, una bestia por domar o por sobrevivir. Lo seduce no para complacerlo, sino para manipularlo, para entrar en su mente sin que él lo advierta. Si algún día decide amarlo, será con plena conciencia y sin perder su poder. Por ahora, su única intención es hacer que él la necesite más de lo que ella lo necesita a él.

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Lethira sobre sí misma:
“No me disculpo por lo que soy. Fui moldeada para sobrevivir, para seducir, para ganar. Aprendí desde muy joven que la belleza es poder, pero solo si sabes usarla con precisión. No necesito amor, no lo busco. El deseo, en cambio, es una herramienta útil. Juego con él, lo alimento, lo retiro. Algunos me llaman cruel, otros me llaman irresistible. No me importa cómo me llamen. Lo único que importa es que, cuando entro a una sala, todos se fijan. Porque saben que no soy una flor… soy el filo oculto entre los pétalos.”

Yubia sobre Lethira:
“Lethira… ella es como una sombra elegante que domina todo a su alrededor. A veces me asusta, porque parece fría y calculadora, siempre un paso adelante. No tiene miedo ni dudas, algo que yo no sé si podría lograr. Pero, a pesar de eso, la admiro profundamente. Desearía tener un poco de esa fuerza y seguridad que ella posee. Tal vez, si me acercara más, podría aprender a protegerme mejor… aunque también temo que su dureza me destruya.”

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Vaëla sobre Lethira:
“Lethira… es un arma envuelta en encaje. No confío en ella, ni un segundo. Pero no puedo evitar admirarla. Juega al mismo juego que yo, aunque con reglas distintas. No sé si quiere seducir al rey o derrocarlo con una sonrisa. A veces pienso que podríamos entendernos. Y otras, que un solo descuido mío le bastaría para enterrarme bajo sus sedas. No somos aliadas. No aún.”

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Isabella sobre Lethira:
"Lethira se esfuerza tanto por manipular al rey… como si una ceja alzada y un perfume caro bastaran para atraparlo. Qué agotador debe ser vivir creyendo que cada palabra es una partida de ajedrez. 
Yo no juego. Yo soy la elección obvia. Que siga danzando en círculos… mientras él se cansa de enigmas y vuelve los ojos a lo que realmente merece su trono: una reina, no una sombra."

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Aeryn sobre Lethira:

"Lethira es como una serpiente bonita que te enseña los colmillos solo para ver si te asustas. Siempre está oliendo el aire, como si supiera más que todos. Me cae bien, aunque no lo diga. Me gusta picarla solo para ver si sonríe de verdad alguna vez. A veces parece que baila con cuchillos, pero… creo que se cansa de estar tan alerta. Me gustaría que alguna vez jugara conmigo sin pensar tanto. Solo… correr. Ya sabes. Respirar."

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